viernes, 26 de julio de 2013

Drama 3, me toca exponer.

Una vez pasado el paro en el que nos vimos envueltos  como facultad por decisión estudiantil , supusimos que tendríamos que terminar el ciclo que habíamos empezado hace varias, las clases de drama. En esta oportunidad nos tocaba al último grupo, todos aquellos que no habían presentado las clases anteriores.
La indicación dada hace varias semanas atrás fue la siguiente “Tienen que traer una foto,  tomada  por ustedes,  de la persona que más quieran” y yo enseguida no supe que hacer.

Llegado el día de la clase ya había decidido que persona llevar, no era la persona que más quería debido a que no puedo hacer un ranking de personas, pero si era muy importante. Se nos indicó que debíamos llevar la foto de manera digital, para poder proyectarla y que todos la vieran sin impedimento y además la foto impresa que  incluso una vez ya  terminada la clase supe muy bien para qué. Así que estábamos todos con nuestras fotitos impresas en nuestras manos expectantes a que la clase se iniciara, mientras todo se preparaba se producían algunas conversaciones nerviosas con las preguntas acordes al contexto  ¿y a quién trajiste tú?¿ Y qué vas a decir?.
Una vez  listas las fotos para proyectarse nos juntaron a todos al centro, nos dieron las indicaciones de que las fotos iban a ir saliendo al azar y que cuando vieras que era  la tuya debías salir adelante a hablar de tu persona y así estábamos todos en un reducido rincón de la sala, esperando para salir a hablar.
Si bien había pensado todo lo que decir, lo tenía todo cuidadosamente redactado, me emocioné con el relato de mi compañera que antecedió, por lo cual al momento de salir a hablar de mi persona, no pude más y la emoción me embargó a mí y a mis ojos.

Decidí llevar a mi hermano, porque si bien a mis primos los considero mis hermanos, él es el único que tengo, así que conté un  par de anécdotas, intentando ser lo más breve posible ya que el profesor nos puso un margen de habla de no más de 3 minutos, no me di cuenta y creo que los pasé ya que cuando terminé más de algún compañero me dijo “hablaste caleta”.
El reducido espacio en el que nos encontrábamos y su mala ubicación que no nos permitía ver muy bien las fotos que nuestros compañeros habían tomado o elegido no fueron impedimento para escuchar cada una de las historias que nuestros compañeros nos contaban, un pedacito de su historia y por qué esta persona era tan importe para ellos. Al igual que las otras clases se produjo un ambiente de mucho respeto dentro de los compañeros espectadores, lo cual te hacía sentirte muy cómodo al momento de salir a exponer y someterte a tal exposición sentimental.
                La actividad me pareció al igual que las otras un poco forzosa, claramente el apoyo y respeto de mis compañeros, logró crear un ambiente más cálido y pertinente a la situación.


               





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