Acorde al programa nos correspondía una clase más de
movimiento y para esta debíamos llevar nuestras ya terminadas máscara, íbamos
todos listos y dispuesto a seguir moviéndonos a pesar del dolor de brazo producto de la vacuna recién puesta a
varios de nosotros. La clase inició con el ya conocido desplazamiento a través
de la sala, posterior a esto la profesora dejó salir para darle una “Tarea especial” a algunas de nuestras compañeras que
no se sentía muy bien como para moverse y al resto que los mortales que
continuamos en la sala se nos indico una serie de movimiento para soltar un
poco el cuerpo, dejar caer nuestro peso hacía adelante, levantar los brazos muy
alto, entre otro, todos estos movimiento guiados por la profesora en una dinámica
de imitación.

Verdaderamente yo quería seguir moviéndome pero al ver que los limitados cupos ya estaban llenos tomé
mi mascarita y salí, la tarea de nosotros era más bien confusa, debíamos
improvisar una sesión de movimiento para presentar a nuestros compañeros y
teníamos un tiempo para “practicar nuestra improvisación”, para ponernos de
acuerdo. Algo desorientados por las curiosas
indicaciones de la profesora comenzamos a dar algunas ideas, mientras a la vez
éramos testigo de cómo nuestros compañeros tenían una verdadera clase de
movimiento la cual incluía música, un ejercicio
con unas telas enormes, y muchas risas. Tratando de ordenarnos un poco
comenzamos a conectar las ideas para poder crear alguna presentación, cosa que
no fue del todo efectiva ya que minutos antes de la presentación todavía habíamos
algunos que no sabíamos muy bien a que habíamos llegado, pero a pesar de esto
logramos presentar nuestra preparada improvisación.

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