miércoles, 5 de junio de 2013

Un poco más que sólo movimiento

Acorde al programa nos correspondía una clase más de movimiento y para esta debíamos llevar nuestras ya terminadas máscara, íbamos todos listos y dispuesto a seguir moviéndonos a pesar del  dolor  de brazo producto de la vacuna recién puesta a varios de nosotros. La clase inició con el ya conocido desplazamiento a través de la sala, posterior a esto la profesora dejó salir para darle una “Tarea  especial” a algunas de nuestras compañeras que no se sentía muy bien como para moverse y al resto que los mortales que continuamos en la sala se nos indico una serie de movimiento para soltar un poco el cuerpo, dejar caer nuestro peso hacía adelante, levantar los brazos muy alto, entre otro, todos estos movimiento guiados por la profesora en una dinámica de imitación.
Posterior a lo anterior el curso fue dividido en dos, ya que la profesora expresó que con la cantidad de personas que éramos ella no podía realizar su clase de forma eficiente. De modo que aquellos que deseaban seguir moviéndose un poco más tendrían que seguir dentro de la sala con la profesora  y aquellos que quisieran trabajar con sus máscaras debían salir y se les designaría una nueva tarea.
Verdaderamente yo quería seguir moviéndome pero al ver  que los limitados cupos ya estaban llenos tomé mi mascarita y salí, la tarea de nosotros era más bien confusa, debíamos improvisar una sesión de movimiento para presentar a nuestros compañeros y teníamos un tiempo para “practicar nuestra improvisación”, para ponernos de acuerdo. Algo desorientados  por las curiosas indicaciones de la profesora comenzamos a dar algunas ideas, mientras a la vez éramos testigo de cómo nuestros compañeros tenían una verdadera clase de movimiento  la cual incluía música, un ejercicio con unas telas enormes, y muchas risas. Tratando de ordenarnos un poco comenzamos a conectar las ideas para poder crear alguna presentación, cosa que no fue del todo efectiva ya que minutos antes de la presentación todavía habíamos algunos que no sabíamos muy bien a que habíamos llegado, pero a pesar de esto logramos presentar nuestra preparada improvisación.

Nuestros compañeros de la clase de movimiento también nos presentaron su trabajo que se componía de música y movimientos corporales, en los cuales se iban incorporando gradualmente a medida que avanzaba la canción, la presentación fue divertida y tanto ellos como nosotros los espectadores disfrutamos. Terminado eso nos tendimos en el suelo y vimos entrar a nuestras compañeras que habían salido anteriormente con instrumentos en sus manos, esta vez sólo teníamos que cerrar los ojos. Al estar todos en silencio y con los ojos cerrados los instrumentos comenzaron a sonar de a poco por distintos lugares de la sala, recuerdo haber escuchado el triangulo, una campanita, unos platillos pequeños, el bongo, pero lejos lo que más recuerdo era el que reprodujeron arrugando unos papeles de celofán, en ese momento realmente salí de la sala y me transporté. Creo que esta ha sido una de las actividades logradas con contundente e indiscutible éxito, fue toda una experiencia.

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