lunes, 3 de junio de 2013

Mascaras! un poco de yeso, un poco de agua y un/a modelo/a

La segunda clase de Estrategias de la Intervención sería diferenciada, el curso debía dividirse en dos grupos según el número de lista, impares esto, pares aquello.
El grupo de máscaras nos dirigimos hacia las salas en las cuales llevaríamos a cabo estas y el otro grupo iría con el profesor Félix para la creación del blog. Poco después nos dimos cuenta que la clase no seguiría según lo planeado, debido a que transcurrido un pequeño periodo de tiempo vimos nuevamente a nuestros compañeros afuera de la sala en la que estábamos, un poco desorientados sin saber por qué los estudiantes de medicina tenían prioridad sobre ellos para ocupar la sala de computación siendo que el profesor la había solicitado con anterioridad. Mis compañeros fueron enviados a sus casas y el grupo de máscaras seguiría en clases con la profesora Erna.
Varios de mis compañeros ya tenían experiencia en la  fabricación de máscaras, la mayoría por trabajos del colegio, este fue uno de los atributos que la profesora diferenció  “Quienes saben de esto vayan guiando a sus compañeros” dijo, desligándose un poco de la responsabilidad que alguno pudiera fracasar. Para mí en cambio era un proceso completamente nuevo y me entusiasmaba mucho por fin poder aprender a confeccionar una.
Una vez efectuada  la repartija de materiales y las pertinentes indicaciones, nos dedicamos a lo que veníamos, la practica!.Mi primera víctima fue mi siempre entusiasta compañera Nicky, sin demasiados preámbulos facilitó su rostro a mis inexpertas manos. Trabajando en conjunto junto a otros de mis compañeros logramos  fabricar una impecable máscara de yeso no sólo a Nicole, sino que  también a Constanza Aseff, quién también había proporcionado su rostro.
Mientras mis compañeros iban comparando sus rostros con los de sus
macaras, entre risas y las lavadas de cara, me percaté cercana a la hora de término, que era la única que faltaba. Sin más que hacer me puse a disposición de las manos de Nicole, la cual partió embetunándome hasta las orejas con vaselina, tapándome los ojos con unos papelillos multiuso, y comenzó a posar sobre mi  rostro las tiras de yeso cortadas con anterioridad  y ahora estaban empapadas  en agua. Poco a poco iba sintiendo mi rostro más y más tieso, hasta llegar al momento en el cual no sentía ninguna parte de mi cara “al aire”. Una vez retirada la máscara pude notar que el ser la última del grupo había dejado ciertos estragos en esta, una leve sonrisa se podía divisar además de una cierta elevación de mis pómulos ya que fui víctima de constantes bromas y cosquillas.

A pesar de la dificultad para quitar la vaselina de mi cara y de encontrar pedazos de yeso incluso en la ducha matutina del siguiente día, la clase fue de mi agrado y mientras realizaba esta, con cierta torpeza en mis manos, pensaba en si estás serían consideradas como nuestras primeras Órtesis a futuro, espero mejorar mi desempeño en las manualidades de aquí a que alguien necesite una.

No hay comentarios:

Publicar un comentario